Castelló al mes

Restaurante Il Fragolino Due - Castellón

Restaurante Il Fragolino Due. (Castellón)

 

Si nos adentramos por las callejuelas del centro de Castellón, encontramos en el callejón de Mosen Sorell un trocito de Italia. Hoy comemos en Il Fragolino Due. Nos reciben los dos socios, Mauro Spigarelli y Mauro Paioli, vecinos en un pequeño pueblo cercano a Modena y que por casualidades de la vida, volvieron a coincidir años más tarde en Castellon. Al mostrarnos todos los rincones del local: dos terrazas al aire libre en la parte baja en las cuales poder degustar el menú del día por 10 euros, un espacio estupendo para esos días de primavera o verano en los cuales poder disfrutar de un cóctel o un buen café. También disponen de varios comedores interiores, uno en la parte baja donde por las noches poder deleitarse con la amplia carta y otro en la segunda planta con barra propia donde se pueden realizar eventos. Los techos abovedados, la gran puerta de entrada de madera, la decoración rústica, los toques florales, la piedra y sin duda la comida, nos hacen viajar por el Mediterráneo. El lugar es muy acogedor e invita a sentarnos a la mesa para poder disfrutar de la propuesta gastronómica hispano-italiana de la chef Macarena Folch.

 

Para empezar nos proponen unas tapas:

La primera fue la ganadora en la “Ruta de la tapa” del año pasado, una semiesfera de queso crema con pimiento caramelizado. Premio merecido ya que la untuosidad del queso y el toque dulce se mezclan en boca dando un resultado muy sutil y agradable. Se convierte así en un platillo llamativo donde cabe destacar los colores rojizos y brillantes.

Gracias al éxito de las dos siguientes tapas y por haber recibido el mayor número de valoraciones del público durante la “Ruta de tapas de gastronomía local” impulsada por Sabores Castellón, Il Fragolino Due ha recibido este año el Premio Especial del Público al local más popular. La primera son unos tulipanes de hojaldre rellenos de alcachofas y boletus con salsa de remolacha. Una tapa sencilla donde el color demasiado intenso de la salsa de remolacha le resta importancia al tulipán de hojaldre. Una pena que la cocción de las alcachofas no fuera la adecuada. La segunda tapa, quizás demasiado abundante, son unas carrilleras con pastel de pan, patata y parmesano. Cocinadas a fuego lento se deshacen en la boca, la salsa con su propio jugo es sin duda alguna para mojar pan. Interesante el acompañamiento del pastelito que nos hace alejarnos de las típicas patatas.

 

Seguimos con los platos, primero probamos algunos del menú. Los platos que son de pasta cuentan con un recetario de unas 150 salsas que les permiten cambiar el menú continuamente:

De primero nos sacan un crêpe de espinacas con queso parmesano. La masa fina y bien elaborada tiene un color verdoso proporcionado por el vegetal. Un plato sin matices relevantes pero con buen sabor.

Otro primero es el flan de bacalao, pimiento asado y patata. Entrante rico donde todos los ingredientes casan. Una manera diferente de presentar un revuelto.

 

Como opción de segundos nos propusieron linguine con almejas al vino blanco. Una de las cosas que hay que destacar es la perfecta cocción de la pasta, al dente, con sabor a mar. Un plato fino y atractivo. El otro segundo fue un risotto con verduras frescas, jengibre y parmesano. Un plato resultón pero que sin embargo, recuerda más a un arroz meloso que a un verdadero risotto. Aún así, destacar el punto perfecto del arroz y el sabor fresco y picante que aporta el jengibre.

Para terminar degustamos un plato de la carta, Mauro nos propone su plato estrella: unos tortellini caseros rellenos de calabaza y galletas amaretti con salsa de trufas y setas. Un gran plato donde los ingredientes se potencian unos a otros. Un último bocado que nos dejó sorprendidos, no por la presentación o la originalidad, sino porque aquí lo que prima es el sabor. Unos tortellini deliciosos, para repetir.

 

Por último nos descubren las tigellas típicas de Módena, una especie de panes redondos donde se hace una incisión dejando una obertura para poder meter diferentes ingredientes, se trata de un antipasti fabuloso, pero en este caso se convierten en un postre ya que el comensal tiene la posibilidad de añadirle crema de cacao. Después, nos ofrecen un surtido de postres: pannacotta bañada con un coulis de frambuesas, tiramisú y milhojas de crema. Cada uno de ellos están bien elaborados y lo que más llama la atención es que ninguno de ellos está demasiado dulce, dándoles así ligereza, suavidad y buena consistencia.

 

Il Fragolino Due a pesar de estar abierto desde hace aproximadamente dos años tiene detrás un trabajo notable gracias a que todos los miembros que componen el equipo se han ido forjando en el antiguo Fragolino que estuvo abierto durante nueve años. Las ganas por el trabajo bien hecho no se han disminuido, cuando escuchamos hablar a los propietarios vemos cómo sigue latente la ilusión por transmitir un pedacito de su cultura y patrimonio gastronómico.

 

Il Fragolino Due

Calle Mosen Sorell, 2 (Castellón)

Teléfono: 964 236300