Castelló al mes

Restaurante Rafael - Grao de Castellón

Restaurante Rafael (Grao de Castellón)

 

Hoy comemos en el Grao de Castellón. Muy próximo a las dársenas del puerto pesquero se encuentra el restaurante Rafael, un clásico de entre todos los locales del distrito marinero con un recorrido de 35 años que hace de este lugar un monumento más que visitar. Nos recibe y acompaña a la mesa Francisco Montes López, maître y copropietario del restaurante junto a sus dos socios, Antonio Montes López, sumiller, y José Francisco Ruíz Almela, jefe de cocina.

 

Cuando entramos a Rafael nos da la sensación que entramos a un caserón, el comedor está situado en la primera planta, con una capacidad para aproximadamente 60 comensales y con un diseño sobrio y elegante, que define a la perfección el tipo de restaurante en el que nos encontramos, de cocina mediterránea, marinera, con una materia prima excelente, cocinada como se cocinaba antaño, sin disfraces, respetando el sabor del producto, con unos puntos de cocción perfectos y manteniendo en carta alguna de las elaboraciones que con el paso del tiempo ya son platos emblemáticos para sus clientes. El mobiliario en madera transmite una calidez que nos hace sentir cómodos, la mantelería es de estilo clásico pero con una cubertería modernista. Encontramos muchos detalles que hacen de Rafael un lugar singular debido a su larga trayectoria: lámparas colgantes, cuadros, jarrones, un mural con fotografías firmadas por famosos que un día fueron clientes, un parabán tallado en madera, incrustaciones cerámicas en las mesas…

Podríamos perdernos en las descripciones pero como ya saben, lo que nos gusta es sentarnos a la mesa, así pues probaremos el menú diario, que consta de una serie de entrantes al centro de mesa y termina con un arroz o bien con un pescado, además del postre y bebida  por 35€. También cuenta con una amplia carta donde los pescados y mariscos frescos de la lonja son los protagonistas, junto a una amplia variedad de arroces. Las carnes pasan a un segundo plano aunque realizan el steak tartar a la vista del cliente.

 

Empezamos con los entrantes:

Hígado de rape confitado

Sobre una tosta de pan presentan una porción de hígado de rape confitado a baja temperatura en aceite de oliva, con una textura tersa, que denota la calidad del hígado, de sabor intenso pero agradable.

Pan con tomate y ajoaceite

El servicio del pan es impecable, recién tostado, con el tomate refregado, no rallado, lo que le aporta el sabor del tomate sin mojar el pan. El pan con el  ajoaceite gratinado, una fina capa que le aporta un sutil sabor a ajo, sin molestar.

Ortigas de mar

Ortiguillas rebozadas enteras, no demasiado grandes, fáciles de comer y con una  fina capa crujiente que contrasta con la textura fluida y delicadamente gelatinosa, respetando sin esconder el  intenso sabor a mar, a yodo y a marisco que las caracteriza.

Ensalada de langostinos y aguacate

Nos presentan una cama de láminas de aguacate en forma circular y sobre ésta una capa de langostinos cocidos coronados con unas huevas de mújol. Ensalada aderezada con una emulsión de aceite de oliva y vinagre de Jerez viejo.

 

Robellones

Níscalos a la plancha acompañados de un sofrito de ajos tiernos. De los primeros robellones de temporada.

Erizos gratinados

Uno de los platos de toda la vida. Se sirven los erizos perfectamente abiertos y rellenos de una fina salsa bechamel con pescado de roca y yemas de erizos. Quizá se pierde el intenso y delicado sabor a mar del erizo en crudo pero el resultado es agradable.

Crêpe

Finísimo crêpe relleno con vieiras y acompañado con una crema de espinacas. Uno de los platos que se realizaban en los inicios del restaurante y que hoy en día sigue vigente, ya que para los clientes habituales no puede faltar.

Arroz negro

Servido y emplatado en mesa. Arroz en su punto de cocción y cocinado con tinta de sepia. Trozos de sepia, chipirones y calamares. Nos quedamos un tanto sorprendidos por el toque de laurel añadido al caldo, ya que no es un sabor que asociamos con este tipo de arroces. Parece ser que es una receta tradicional.

 

Terminamos con los postres. Nos ofrecen higos al guirlache, plato de temporada. Una crema de leche semimontada donde flotan unos pedazos de higos, almendra troceada y coulis de frambuesas. Además en Rafael encontramos el ya perdido carro de postres, algo que llama mucho la atención, el comensal puede elegir uno o varios postres creando así su propio surtido. Nosotros tuvimos el placer de poder degustar la mayoría de ellos: tarta Tatin, tarta tres chocolates, capuchina, tocino de cielo, tarta de queso horneada, semifrío de queso con arándanos, pudin de pasas, pastel de chocolate y charlota de naranja. Para los amantes del dulce y para los no tan amantes este carrito se convierte en un reclamo día a día.

 

En Rafael desde el primer momento en que entras te das cuenta que no es un restaurante más.  Hay un trato al cliente excelente, marcando perfectamente los tempos de una comida donde el paso del tiempo parece haberse detenido. Se respetan los cánones tradicionales del servicio en sala, no existe una pretensión por entrar en nuevas tendencias ni en nuevas técnicas culinarias. Así pues, Rafael es símbolo de cocina tradicional, en mayúsculas, en el que su descripción de clásico no significa inaccesible.

 

Restaurante Rafael

C/ Churruca, 28. Grao de Castellón.

Teléfono: 964 28 21 85 -  964 28 16 26