Vericat, Restaurant (Penyíscola)
Vericat Restaurant (Penyíscola)
En nuestra visita mensual nos desplazamos a la localidad costera de Peñíscola. En pleno paseo marítimo, con unas preciosas vistas al castillo, nos encontramos el restaurante Vericat. Ubicado en primera línea de playa, Vericat es la apuesta personal de un joven chef castellonense, Carlos Miralles, quien ha decidido iniciar este proyecto en nuestra provincia.
Formado de base en las Escuela de Hostelería de Benicarló donde cursó el grado medio de cocina y en la de Castellón, donde realizó el grado superior. Continuó su formación trabajando en algunos de los mejores restaurantes del país como el Racó de Can Fabes, L’Escaleta, El Celler de Can Roca y en su última etapa en el restaurante Disfrutar. Además, Carlos obtuvo el primer premio en el Concurso Nacional de Cocina aplicada al langostino de Vinaroz en su edición de 2017 y actualmente forma parte de la Selección Española de Cocina Profesional, con la que alcanzó el segundo puesto en el campeonato de cocina mediterránea organizado por Worldchefs.
La oferta gastronómica de Vericat se basa principalmente en una carta, no demasiado extensa pero variada y con platos muy apetecibles, que combinan productos de la tierra, de temporada, excelentes carnes, pescados salvajes y arroces. Además, cuenta con un menú a medio día que termina con cualquiera de los arroces que encontramos en la carta. El restaurante cuenta con dos espacios: un comedor muy agradable, luminoso, decorado de forma sencilla, con mantelería clásica, donde destacan los tonos blancos y azules y una terraza ideal para las noches de verano.
Nos sentamos a la mesa para degustar los siguientes platos:
Empezamos con una secuencia de snacks o pequeños bocados para abrir boca.
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Buñuelos de bacalao y miel: Crujientes en el exterior y jugosos en el interior, muy acertado el punto dulzón que le aporta la miel.
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Oliva esférica: De intenso sabor a aceituna rellena de anchoas, finísima la capa exterior al romperla en boca. Una esferificación que nunca te puedes cansar de comer.
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Mango y queso de cabra: Presentado en forma de tomate amarillo que le aporta la capa exterior del mango, esconde un cremoso relleno de queso de cabra. Maravilloso trampantojo.
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Bombón de ceviche: Dentro de una fina capa de manteca encontramos un granizado hecho con leche de tigre, pequeño bocado divertido y refrescante.
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Torta de maíz: Crujiente tortita de maíz y sésamo acompañada de unos pequeños toques de aguacate, cilantro, huevas de trucha y de mújol que le aportan un contraste agradable de texturas y sabores a la fina masa de maíz.
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Sándwich pollo y foie: Suculento bocado de foie mi cuit acompañado por dos crujientes elaborados con la piel del pollo, sabor a rustido y excelente contraste de la textura untosa del foie y el crujiente de la piel.
Entrantes:
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Langostino air-bag de cerdo: Langostino rebozado con cortezas de cerdo y terminado con una fundente lámina de panceta Joselito. Delicioso.
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Pepito de anguila: Generosa porción de anguila servida dentro de dos láminas crujientes de pan, hoja de shiso y allioli de padrón. Los toques ahumados y un punto dulzones de la anguila contrastan con lo refrescante y un punto amargo del shiso y el allioli.
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Royal de queso patamulo y pan de vino: Utilizando como base el queso patamulo de la quesería Tot de poble se realiza esta mantecosa crema, terminada con unos crujientes de jamón, cebolla caramelizada y unos brotes y flores que refrescan el conjunto.
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Espárrago de Tudela y leche de almendra: Perfecto punto de cocción del espárrago, napado con la leche de almendras y terminado con unos toques de garrapiñados, menta, estragón y aire de limón.
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Vieira con puré de chirivía: Sobre un puré de chirivía, de sabor un punto torrefacto y caramelizado presenta la vieira que acompaña con unas espinacas a penas cocinadas, piñones, ciruelas y jugo.
Para compartir:
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Arroz de manitas de cerdo y espardenyes: Sabrosísimo el arroz, en su punto de cocción, gelatinosos bocados cuando encuentras las manitas. Te deja con ganas de probar el resto de arroces de la carta.
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Rodaballo a la brasa: Excelente el rodaballo, sabor a brasa, justo en su punto de cocción y acompañado por unas verduritas.
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Churrasco de cordero: Para realizar este plato utiliza cordero Agnei Ibérico, una variedad de cordero que proviene de Aragón y que contiene un alto grado de infiltración de grasa. Cocinado a baja temperatura y terminado en plancha en el pase, piel crujiente, jugoso, y muy meloso. Se acompaña de un puré de berenjena a la miel y verduritas glaseadas.
Y los postres:
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Piña, albahaca y coco: Refrescante prepostre en el que la albahaca le aporta unos matices muy interesantes.
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Tiramisú: Muy bueno, no defraudará a los amantes de este clásico.
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Crème brûlée al baileys: Agradable el sabor que el baileys le aporta a la crema, fina capa de caramelo quemado y acompañado con unos frutos rojos.
La cocina de Carlos es una cocina sin extravagancias, con los pies en el suelo, tradicional en esencia y en los sabores, muy bien ejecutada técnicamente, con unas presentaciones bonitas, actual en su concepto, en la combinación de sabores y texturas, factores que nos dan como resultado unos platos honestos, divertidos y fáciles de identificar por los comensales.
Ya tenemos otro motivo para visitar esta población, Vericat se erige como un monumento más que en breve pasará a ser un reclamo gastronómico para los amantes del buen yantar.
Carta de Vinos Vericat
Tener una carta de vinos que guste a todos los comensales, es prácticamente tarea imposible. Por lo que cada restaurante debe de saber qué tipos de vinos son los que mejor se acoplan a su cocina, y si no lo tienen claro, deben de dejarse asesorar por los profesionales del sector. Y esto es justo lo que ha hecho Carlos, buscar asesoramiento de gente cercana y con experiencia en cartas de vinos y en restaurantes.
Su carta de vinos, no es excesivamente larga, pero intenta tener vinos de bastantes denominaciones de origen diferentes, tanto en blancos como en tintos. Por su cocina y por el entorno donde se ubica, sus tintos no son excesivamente potentes, tenemos que tener en cuenta que estamos delante del mar, también tiene una buena variedad de blancos donde elegir, dependiendo de los platos que el comensal pida.
Para nuestra comida, nos propuso un tinto y un espumoso. Un tinto del Priorat, GR-174, elaborado con las variedades, garnacha (36%), cabernet sauvignon (25%), syrah (16%), samsó (13%), merlot (7%) y cabernet franc (3%). Muy bien elaborado, con notas de cereza, frutos rojos, toques minerales de licorella, buena acidez, con un paso por boca elegante, fresco y largo.
Y en lo referente al espumoso, pudimos saborear el AT Roca Rosat, un Brut Reserva de macabeo y monastrell, con una crianza mínima de 20 meses en rima. Burbuja fina y bien integrada, ligero, agradable, con notas de frutillos rojos, afrutado y fresco.
Los dos vinos maridaron muy bien con nuestro menú, y eso que tuvimos una gran variedad de platos y de sabores para degustar.
En definitiva, muy grata sorpresa el haber encontrado en Peñíscola a una persona como Carlos, y que a pesar de su juventud, apunta maneras de gran CHEF.
Si tienen la suerte de ir a Peñíscola, no duden ni un instante en visitar VERICAT, no les va a defraudar, cocina de verdad.
Vericat Restaurant
Avinguda del Papa Luna, 10. Peñíscola
Telf. 964 48 07 95
Facebook: Vericat Peñiscola